INFORMACIÓN
Las Rosquillas de Daroca forman parte de nuestra historia desde 1874, convirtiéndose en una de las elaboraciones más queridas y tradicionales de nuestro obrador. Son un reflejo de lo que somos: artesanía, constancia y el cariño de generaciones dedicadas a la pastelería.
Su masa escaldada, tierna y jugosa, se elabora siguiendo el método clásico que hemos conservado a lo largo de casi siglo y medio. Después, cada rosquilla se cubre con una fina capa de azúcar que aporta un dulzor delicado y ese aspecto tan característico que las hace reconocibles a primera vista.
Perfectas para acompañar desayunos, meriendas o el café de media tarde, son uno de esos pequeños placeres que saben a hogar, a tradición y a momentos compartidos.
Conservación: temperatura ambiente.
Consumo preferente: 3 meses.


